Los pobladores de la cultura teotihuacana construyeron basamentos piramidales de gran tamaño que se distinguían porque usaban el talud y el tablero. Sus construcciones más importantes fueron las pirámides del Sol y de la Luna, así como la Calzada de los Muertos y el Templo de Quetzalcóatl. También edificaron plataformas en las que se llevaron a cabo ceremonias religiosas y celebraciones populares.
El valle de Teotihuacán, situado entre los de México y Puebla, en pleno corazón del Altiplano mexicano, fue el lugar donde surgió la primera gran ciudad de América. Un diminuto poblado durante el Formativo, experimentó un acelerado proceso de crecimiento que le llevó a alcanzar los 22,5 km’ de superficie y una población cercana a los 150.000 habitantes.
La costumbre teotihuacana de pintar las paredes exteriores e interiores de los edificaciones genera una pintura mural de temática religiosa; temática que reaparece en la finísima y bella cerámica ritual elaborada por los alfareros de la cultura teotihuacana.
La estructura más impresionante de Teotihuacana es sin duda, la Pirámide del Sol, una masa de adobe, piedra de relleno y estuco que tiene 65 m de altura y una base de 250 x 250 m.
El valle de Teotihuacán, situado entre los de México y Puebla, en pleno corazón del Altiplano mexicano, fue el lugar donde surgió la primera gran ciudad de América. Un diminuto poblado durante el Formativo, experimentó un acelerado proceso de crecimiento que le llevó a alcanzar los 22,5 km’ de superficie y una población cercana a los 150.000 habitantes.
La costumbre teotihuacana de pintar las paredes exteriores e interiores de los edificaciones genera una pintura mural de temática religiosa; temática que reaparece en la finísima y bella cerámica ritual elaborada por los alfareros de la cultura teotihuacana.
La estructura más impresionante de Teotihuacana es sin duda, la Pirámide del Sol, una masa de adobe, piedra de relleno y estuco que tiene 65 m de altura y una base de 250 x 250 m.
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